Penjat el
8 de desembre de 2003
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Penjat el 8 de desembre de 2003, per ecologistes
Un abrazo azul por una Nueva Cultura del Agua
Llamamiento desde el Parlamento Europeo
El día 7 de Diciembre del 2003 tendrá lugar una nueva movilización europea:
el abrazo azul a Bruselas. Una cadena humana, un acto
ciudadano simbólico, convocado por organizaciones políticas, sociales,
medioambientalistas y sindicales, que reivindicará una vez más un profundo
cambio político y cultural, tanto en nuestras instituciones europeas como en
nuestros respectivos pueblos. Un cambio en nuestra forma de valorar y gestionar
las aguas de ríos, lagos, humedales y acuíferos, desde la conciencia de que
tales patrimonios son bienes públicos cuya sostenibilidad debe garantizarse. Un
cambio que Europa debe practicar en el viejo continente de forma seria y
consecuente, si realmente quiere ejercer el liderazgo mundial que se pretende en
materia de desarrollo sostenible.
La Directiva Marco del Aguas, vigente en la UE desde finales del 2000,
supone un marco legislativo avanzado que abre el camino hacia esa Nueva
Cultura del Agua que exigen los retos de la sostenibilidad en el siglo XXI.
Sin embargo el amplio margen dejado a los Gobiernos para interpretar la
transición amenaza transformar el periodo de transposición en espacio abonado a
políticas agresivas de “hechos consumados” que pueden poner en peligro los
objetivos de la propia Directiva.
A este respecto, el acelerado proceso de aprobación y puesta en marcha del
Plan Hidrológico Nacional en España, se presenta hoy como un ejemplo que amenaza
convertirse en peligroso precedente. La ejecución de este Plan, basado en las
viejas estrategias “de oferta”, bajo masiva subvención pública, supondría graves
impactos socio-ambientales, al tiempo que pondría en cuestión el cumplimiento de
la Directiva Marco de Aguas. Aquellas nuevas grandes presas, que comportarían un
grave impacto medioambiental y social, los grandes trasvases del Ebro (que
romperían la sostenibilidad de su delta, el segundo patrimonio en biodiversidad
de la Península Ibérica) y otros trasvases como el del Júcar realizados entre
otras cuencas pero ligados también al trasvase del Ebro son las piezas clave del
Plan. Los análisis independientes publicados, muestran un generalizado consenso
de la comunidad científica en la denuncia de la irracionalidad económica, social
y ambiental de estos trasvases, que vertebran el Plan. En línea con los nuevos
criterios económicos de la Directiva Marco, tales estudios ofrecen, por otro
lado, alternativas más económicas, basadas en la gestión de la demanda
y en el uso prudente de las nuevas tecnologías de reutilización y desalación hoy
disponibles. De la misma forma, se han presentado cientos de miles de
alegaciones por parte de organizaciones políticas, sociales, vecinales,
sindicales y medioambientalistas, durante el proceso de tramitación de esta Ley,
en las que se manifestaba la irracionalidad del proyecto.
El resultado de esta política trasvasista no sería otro que alimentar la
espiral de desarrollo insostenible en la costa mediterránea española, basado en
un crecimiento en espiral de los negocios especulativos urbano-turísticos y del
agri-business intensivo, a menudo ilegal. Estos planes, en conjunción
con la reforma de la Ley de Aguas, promovida en su momento por el Gobierno
Español, abre la inaceptable perspectiva de subvencionar masivamente aguas que
posteriormente serán gestionadas desde mercados especulativos. Una perspectiva,
por tanto perversa, que busca subvencionar con dinero público negocios privados
en el eje mediterráneo.
En el reverso de la medalla, las zonas menos desarrolladas, tanto en las
comarcas de la montaña y del interior como en los entornos del Delta del Ebro,
se verían abocadas a procesos de degradación ambiental, social y económica,
rompiéndose los principios del desarrollo territorialmente equilibrado que
establece la Constitución Española y que pretende promover la UE.
En este contexto, resulta inaceptable que el Gobierno Español pretenda
subvencionar estos planes con fondos europeos. Si la Comisión Europea aceptara
este planteamiento, no sólo quedaría saboteada en sus primeros pasos la
implantación de la Directiva Marco, sino que se abriría un grave precedente en
el conjunto de la UE, cuyas consecuencias serían particularmente graves en el
área Mediterránea y en los futuros países miembros.
Desde esta perspectiva, tal y como vienen planteando las masivas
movilizaciones ciudadanas en España, por encima de colores partidistas e
ideológicos, el problema del Plan Hidrológico Nacional Español debe ser
entendido como un problema Europeo. De su adecuada resolución dependerá en buena
medida la aplicación seria y exitosa de la nueva Directiva Marco de Aguas en el
conjunto de Europa. Por otro lado, hoy más que nunca, en el Año Internacional
del Agua, la UE debe dar ejemplo de cara al Mundo, poniendo en marcha políticas
de agua sostenibles, basadas en estrategias de gestión de la demanda y
de conservación de la salud de los ecosistemas hídricos.
Por todo ello, los parlamentarios abajo firmantes instamos a la Comisión
Europea para que deniegue definitivamente la aplicación de fondos europeos a los
proyectos ambiental y socialmente más agresivos del PHN, y especialmente a los
citados trasvases del Ebro. Por otro lado, instamos igualmente a la Comisión a
que tramite las correspondientes quejas, de forma que los Tribunales de Justicia
puedan actuar garantizando el cumplimiento de la legislación europea.
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